Burano

la isla donde el arcoíris pasea por las calles   


La belleza, como sabemos, es un concepto relativo, pero decir que Burano es la más hermosa de las islas de la laguna veneciana probablemente no estaría tan mal. De hecho, a pesar de su pequeño tamaño, Burano siempre ha atraído el interés internacional gracias a varios factores que alimentan su encanto y prestigio.

Sin duda, el rasgo que más llama la atención al visitante es la multitud de colores vivos y brillantes que decoran las fachadas de las casas. El origen de esta costumbre parece ser el mismo que une a varias ciudades portuarias de todo el mundo, como Buenos Aires o Valparaíso, y que consiste en visibilizar a lo lejos las casas de los marineros en días de niebla o mal tiempo. Sin embargo, como suele suceder, se trata de simples conjeturas basadas en parte en la realidad y en parte en leyendas transmitidas a lo largo de los siglos.

La isla también es famosa por la extraordinaria tradición artesanal ligada al arte del encaje, una verdadera excelencia de nuestro país. Por último, no olviden también la producción de confitería, los bussolai de hecho son los dulces típicos de Burano.





CÓMO LLEGAR A BURANO

Burano se encuentra al noreste de Venecia. ¿Como se llega?

– Transporte público: el vaporetto es la opción más sencilla y sobre todo la más barata. Simplemente tomen la línea 12 desde el embarcadero de Fondamente Nove para llegar a su destino en aproximadamente 45 minutos de navegación.

– Transporte privado: si no tienen problemas de presupuesto, el taxi de agua es para ustedes. Funciona exactamente como un taxi tradicional, o sea más rápido y sin otros pasajeros a bordo.

– Excursiones organizadas: en todas partes encontrarán ofertas de excursiones de un día que combinan las tres islas principales de la Laguna de Venecia en una única salida. Burano, Murano y Torcello son interesantes y únicas en su tipo. La visita organizada, sin embargo, como siempre presenta pros y contras. El aspecto negativo más evidente es la falta total de autonomía, el positivo es no tener que preocuparse de nada dejándose llevar a pasear. Los precios pueden variar mucho, pero suelen rondar los 20/25 euros por persona. También debe tenerse en cuenta que la visita organizada a Murano incluye solo una fábrica de vidrio específica y no la isla en sí.



TIEMPO RECOMENDADO POR LA VISITA

La isla es bastante pequeña. En poco más de 1 hora es posible recorrer las principales calles y puentes desde los cuales se pueden admirar las vistas más pintorescas. Sin embargo, les aconsejo que no visiten Burano a toda prisa. Piérdanse por las calles, caminen sin rumbo fijo y siéntese a tomar algo en uno de los muchos bacari diseminados por aquí y por allá. En resumen, desaceleren y disfruten de un lugar mágico donde la unicidad de Venecia se mezcla con los colores del arco iris.





CUANDO IR

Por supuesto, Burano siempre es hermosa y se puede visitar durante todo el año. Sin embargo, hay que hacer algunas consideraciones. Los colores vivos de los estucos brillan más a la luz del sol. Si posible, eviten los días nublados. Entonces, ¿el verano es mejor? Quizás, pero, por otro lado, el verano también trae consigo las multitudes de turistas que inevitablemente estropean un poco el ambiente.
Lo ideal sería visitar Burano en primavera u otoño, evitando el fin de semana si posible.



QUÉ VER

Hay varios lugares característicos, con valor histórico o simplemente afectivo.

– Incluso antes de llegar a la isla, notarán un campanario tan torcido que parece estar a punto de caer. De hecho, el campanario de la iglesia de San Martino a menudo se compara, debido a su pendiente, con la Torre de Pisa. El hundimiento del terreno es muy común en los edificios venecianos altos, pero normalmente no alcanza niveles tan extremos.

– Será suficiente abrir Google Maps o mirar el mapa aquí abajo para encontrar fácilmente la Casa de Bepi Suà. La habitación es conocida por los turistas por sus decoraciones y por los colores vivaz, pero no todos saben que para muchos buraneses este lugar adquiere un valor puramente nostálgico. Esta fue la casa de Giuseppe Toselli, un amante del arte y del cine. Todos los días pintaba una nueva figura geométrica en las paredes. Mantenedor del Cine Favin, después que el cine fue cerrado, había empezado a vender dulces en Plaza Galuppi, por lo que se había convertido para todos en «Bepi delle Caramelle» (Bepi de los caramelos). Durante las cálidas tardes de verano Bepi, para entretener a los niños de la isla, colgaba una tela blanca en la fachada de su casa y proyectaba dibujos animados o comedias divertidas.

– El centro neurálgico de Burano es, sin duda, calle Baldassarre Galuppi. Todas las actividades principales de la isla surgen a lo largo de ella. Caminando de inicio a fin, también cruzarán los puentes más escenográficos por los que se refiere a sesiones de foto (indicados por las flechas rojas en el mapa aquí abajo).



– Si las numerosas tiendas de encajes han despertado su interés y quieren saber más sobre el tema, en Piazza Galuppi encontrarán el Museo del Encaje. En el interior es posible admirar no solo las piezas históricas más raras y preciosas, sino incluso a las verdaderas maestras encajadoras en acción.



DÓNDE COMER

Como es fácil de adivinar, la cocina veneciana se basa principalmente en el pescado. El plato típico de Burano, que se sirve prácticamente en todas partes, es el risotto di gò, elaborado con gobio, un pescado que se encuentra en la laguna.

Ciertamente no hay escasez de restaurantes y bares. ¿Cuál elegir entre los muchos?

– Panadería Palmisano Carmelina: ideal para comer un bocado rápido y gastar poco. El negocio se divide en dos partes.
La primera utilizada como panadería y pastelería. Entre las muchas delicias, produce los mejores bussolai de la isla. Estas icónicas galletas de la isla están disponibles con forma de círculo con un agujero en el centro parecidos a rosquillas, en forma de «S» llamados «esse«, o en la versión extra grande más parecida a una rosquilla enorme. Esta última se diferencia de las otras dos versiones porque, aunque conserva la misma dureza exterior, contiene una textura más suave en el interior, muy diferente a las clásicas galletas. Sin embargo, los ingredientes no cambian.
La segunda parte es una especie de bar-cicchetteria. Los cicchetti son los típicos bocadillos venecianos, similares a las tapas españolas, e imprescindibles durante los aperitivos.

– Trattoria Al Gatto Nero: pescado fresco y pasta casera. El hecho de que este restaurante sea frecuentado principalmente por venecianos dice mucho sobre la calidad de sus platos. Por supuesto, el rango de precios aumenta, pero si pueden permitírselo, no se quedarán decepcionados.

– Riva Rosa: platos de pescado y una impresionante variedad de vinos. Aquí el target es aún mayor. El gasto, sin embargo, se justifica no solo por la calidad, sino también por la posibilidad de cenar en la altana, una característica terraza veneciana. La vista sobre los techos de Burano es magnífica.





INFORMACIÓNES ÚTILES Y CONSEJOS

– Desde Burano pueden llegar a Torcello con solo 5 minutos en vaporetto con la línea 12 o 9. Una buena idea para completar su día.

– Un viaje en ferry cuesta 7,50 € por persona si no son residentes. Si planean utilizar el transporte público varias veces, tengan en cuenta que existen billetes que permiten utilizar todos los medios (vaporetto, buses, tranvías) sin ningún tipo de limitación durante un determinado período de tiempo. Las ofertas son las siguientes: 20 € x 24 h / 30 € x 48 h / 40 € x 72 h / 60 € x 7 días.

– A lo largo de los siglos, los habitantes de Burano han transmitido mitos y leyendas antiguas sobre la isla y sus tradiciones. De todas, la más fascinante es sin duda la relacionada con el origen del encaje. De hecho, la fiaba, habla de un pescador prometido que, por amor de su enamorada, logró resistir al canto de las sirenas. Admirada por la prueba de lealtad del joven, la Reina de las sirenas decidió hacerle un regalo. Golpeando el costado del bote con la cola, levantó la espuma del mar, convirtiéndola en un velo de novia. El día de la boda todos quedaron sin palabras ante la extraordinaria belleza del velo. Así, desde entonces, las mujeres de Burano han aprendido a hacer tejidos muy finos con agujas e hilos a la altura de ese magnífico regalo.





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