cuando una imagen vale más que mil palabras
¿Han experimentado alguna vez esa sensación de tener un amigo en frente, aunque no tengan idea de quién sea esa persona realmente, o cuál sea su historia? Esto es lo que me pasó después de haber visto algunas fotos de Andrea Marchegiani. Usar el término “ver” en este caso es totalmente inapropiado. De hecho, las fotografías de Andrea se observadan, se admiradas y de alguna manera se viven. No se necesita nada más para entender quién se esconde detrás de la lente.
Hay decenas y decenas de fotógrafos talentosos, capaces de hacer que una imagen sea atractiva, interesante o estimulante. Sin embargo, muy pocos tienen el don de Andrea, el de poder imprimir las emociones que siente, junto con el alma del sujeto retratado, todo en una sola instantánea. Una combinación de emotividad, encanto y estupor.
Después de graduarse al DAMS en la universidad Roma Tre en cine y escritura de guiones, Andrea continúa su formación artística frecuentando cursos de fotografía, rodaje y edición de video. Su espíritu creativo lo lleva luego a experimentar con diferentes roles, como actor, autor, director y guionista. En 2008 funda el estudio fotográfico Sfero Productions que opera en el sector de las bodas.
Viajar, sin embargo, sigue siendo su mayor pasión, pasión gracias a la cual hoy se ha convertido en un importante fotógrafo y reportero de viajes. Sus sesiones han sido exhibidas en numerosas exposiciones y diversas revistas nacionales.
Antes de afrontar esta entrevista, traté de sumergirme totalmente en el mundo de Andrea, explorando imágenes e historias de su hermoso blog. Al hacerlo, me di cuenta de lo similar que es nuestra visión del mundo, de la vida y de los viajes. De hecho, ambos afrontamos nuestras aventuras con positividad y sin prejuicios. Además, nuestro vagar está drásticamente influenciado por los encuentros que hacemos a lo largo del camino.
Por eso los invito a descubrir a este artista, dotado de una sensibilidad extraordinaria, a través de sus ojos.
DAMOS LA “BIENVENIDA” A ANDREA…
1) ¿Cómo nació tu pasión por la fotografía y cómo nació tu pasión por los viajes?
Son pasiones que siempre he tenido y que poco a poco se han ido ampliando.
Fotografiar es una forma que tengo de amar. Si algo me excita o me impresiona, lo fijo en el sensor. Luego, en post producción, ¡le hago el amor!
Y viajo porque yo solo no soy suficiente. Tengo la curiosidad de conocer al otro, me encanta sorprenderme con la diversidad. Me pierdo en el mundo y luego vuelvo a encontrarme diferente, crecido, gracias a los encuentros y a las experiencias vividas. Cuando viajo, me desestructuro para dar la bienvenida a lo desconocido, luego lo digiero, lo integro y me recompongo de una manera ligeramente diferente. Soy como un rompecabezas que se hace cada vez más grande, con encajes cada vez más complejos.
2) Recorriendo tu itinerario formativo, podemos decir que eres un artista completo. ¿Crees que las habilidades que has adquirido en múltiples sectores sirvieron a convertirte en el profesional que eres hoy? ¿O fue solo una investigación a largo plazo para descubrir cuál era el camino correcto?
Aquellos que buscan nunca saben lo que van a encontrar. Es necesario proceder por tentativas y errores. Pero todo lo que experimentamos determina quiénes somos, nuestra mirada sobre el mundo. Es cierto que he recorrido varios caminos y cada uno me llevó al siguiente. No hubo solución de continuidad.
Cuando era chico, tenía un tal caos interior que tuve que descubrir quién era. Era una necesidad vital: la experiencia del teatro y la escritura me ayudaron mucho en este sentido. La academia de teatro a la que asistí estaba basada en el método Stanislavskij, que se basa en la adhesión emocional total al personaje. También estudiamos la Bioenergética de Lowen, un enfoque psicoterapéutico centrado en la liberación de emociones reprimidas. Fue un paso fundamental en mi entrenamiento, pero había algo que no me hacía sentir realizado. Ser actor tiende a aislarte, porque no eres tú que vas encuentro a los demás. Los atraes mostrando partes de ti en las que pueden reflejarse. Es algo muy fascinante, pero me hizo sentir solo. En esos años también me dediqué a la escritura, hice varias comedias teatrales y dirigí cortometrajes; luego invertí dos años en hacer un guion para una película. Pero nunca encontré al productor adecuado, de hecho, recibí varias propuestas, pero el proyecto nunca despegó. Durante unos años, me pareció que no sabía qué hacer conmigo mismo.
Entonces me fui a Ecuador, donde trabajé en un orfanato durante un mes. Cambió mi vida. Me di cuenta de que solo dedicándome a los demás superaría esa sensación de aislamiento que sentía. También me di cuenta de que sabía muy poco sobre el mundo, ¡así que empecé a explorarlo!
La fotografía viajó en paralelo. Nunca pensé en hacer de ella un trabajo, pero siempre tomé fotos. Recién cuando cumplí los 30 decidí abrir un estudio fotográfico. ¡Tenía que ganarme la vida! Mi empatía me facilitó la comunicación con las novias, con las delicadas experiencias que las acompañan al altar, e inmediatamente comencé a trabajar con éxito.
Las bodas me han permitido entrar en intimidad con familias distintas a la mía, y viajar me ha permitido sentirme a gusto con culturas distintas a la mía. Era lo que necesitaba para disolver esa sensación de soledad que llevaba dentro de mí. No sería quien soy hoy si no hubiera pasado tanto tiempo escuchándome primero a mí mismo, como actor, y luego a los demás, como fotógrafo. Entonces, sí, creo que todo fue un único camino retorcido.
3) ¿Cómo te acercas a las personas cuando quieres tomarle un retrato?
Con amabilidad. Un amigo me dijo que sonrío tan genuinamente que la gente inmediatamente me abre el corazón. No sé si es cierto, pero es una de las mejores cosas que me han dicho y espero estar a la altura del cumplido. Porque realmente me preocupo por la gente. Cuando regreso de un viaje, a menudo no recuerdo los nombres de los lugares que he visto, ¡por eso publico todo en mi blog de viajes! – pero si me preguntas que sentían las personas que conocí, puedo hablar por horas.
4) Tus viajes tienen destinos inusuales y poco frecuentados por el turismo de masas. Sobre todo, emerge una predilección por Asia y África. ¿Hay una razón específica? ¿Qué buscas cuando partes para un nuevo viaje?
¡Aturdimiento! Asia es un continente lleno de encanto: tiene tradiciones muy diferentes a las nuestras y la gente es muy amable. Birmania me ha abierto el corazón, China me ha divertido increíblemente mientras que las regiones tibetanas tienen atmósferas conmovedoras. ¡En Tailandia comí hasta reventar y en la India tuve increíbles baños de multitudes! Creo que he desarrollado una adicción a Asia y no puedo esperar a volver a India y a China.
África es diferente. Posee inmensos paisajes que saben reconciliarte con la madre tierra. Tengo en mi cajón las fotos de un viaje a Botsuana, donde dormí en una carpa en la sabana. Estoy ansioso por publicarlas. Pero también he visto situaciones sociales problemáticas que nos clavan a nuestras responsabilidades como occidentales. En Senegal a menudo me miraban con rencor y recelo por el color de mi piel. Es una experiencia que todos deberíamos probar, para entender cómo uno se siente. Pero es Etiopía la que me encantó hasta el punto de darme el valor de compartir mis fotos con el mundo.
5) Mirando hacia atrás en todos tus viajes, ¿cuál fue el momento más emocionante desde un punto de vista emotivo y cuál fue el más adrenalínico?
¡En Botsuana pasé mi cumpleaños tratando de no ser atacado por una manada de hienas! En Etiopía, en cambio, fui yo quien las alimentó directamente de mi boca. Viajar enseña a no juzgar nunca por prejuicios, todo adquiere diferentes significados según las circunstancias.
Pero la experiencia más conmovedora fue en China, en las provincias tibetanas. Estaba jugando con un grupo de niños en un pueblo perdido en las praderas del Gansu. En un momento se fueron y regresaron con unos ramilletes de flores para mí. ¡Tuve que contener las lágrimas!
En Senegal, en cambio, no pude contenerlas. Estaba de visita en Gorée, una isla desde la cual partieron millones de esclavos para trabajar en los campos de algodón en Estados Unidos. El guía describió las técnicas utilizadas por los colonos europeos para romper el espíritu de los nativos, torturas, violaciones, cadenas. Lloré de rabia y vergüenza. Incluso contarlo en mi blog no fue fácil, pero era un deber moral hacerlo.
6) Independientemente que se trate de paisajes o retratos, tus fotos siempre comunican grandes emociones. La sensación es la de poder observar al sujeto a través de tus ojos. ¿Cómo lo haces? ¿El trabajo de postproducción tiene gran influencia sobre este aspecto?
No lo sé. Siempre he sido hipersensible y esto tiene aspectos tanto positivos como negativos. Desde que era niño, siempre me he sentido muy incómodo en entornos formales. Son las emociones dejadas libres de expresarse las que me hacen sentir como en casa. Cuando fotografío, busco momentos de intimidad con las personas y los entornos que capturo. No es solo una necesidad artística, sino humana. Tengo una necesidad existencial de conectarme con el mundo que me rodea. Será porque soy agnóstico, pero continuamente busco a Dios y lo persigo en la creación.
En mi catálogo no creo tener esas imágenes impactantes que producen miles de likes. Trabajar en la forma produce resultados visualmente atractivos, pero mi ojo no funciona de esa manera. Busco el alma, la sustancia, la sencillez de lo ordinario. El único fotógrafo que conozco que ha sabido combinar ambos es Salgado. Sus fotos son íntimas y formalmente excelentes. Son inalcanzables. Algunas tomas me conmovieron profundamente, como ciertas historias de Marguerite Yourcenar. Las fotos de Pellegrin y Webb, por excelentes que sean, no saben tocarme de la misma manera mientras que McCurry y Erwitt son ahora a la base de la forma en que casi todos toman fotos, por lo que generan en mí admiración, pero no asombro. Se parece un poco a la grandeza de los montajes de Hitchcock: hoy su lenguaje nos parece obvio porque se ha convertido en la gramática de todas las películas de Hollywood que vinieron después. Pero estoy divagando …
También me preguntas sobre la postproducción: estudié la teoría del color, los significados de las distintas tonalidades. Juego con las tonalidades, de forma casi expresionista, intentando transmitir mis emociones. Si una foto no me emociona, la descarto.
7) ¿Qué o quién te gustaría poder fotografiar y aún no has tenido la oportunidad?
Me gustaría ir a la India durante el Kumbh Mela y el Holi Festival, el festival de los colores. Los hindúes son muy abiertos en la expresión de sus estados de ánimo y esto me tranquiliza como fotógrafo. ¡Me siento como un niño en una juguetería!
Y si pudiera fotografiar a Cyndi Lauper, mi ídolo infantil, moriría feliz. Es una artista muy intensa, una gran intérprete. A ella debo mi amor por la diversidad y el coraje de permanecer fiel a sí mismo. Sueño con una sesión de foto de horas … ¡Me perdería en los pliegues de sus emociones y nunca buscaría la salida!
8) Siendo un cinéfilo como tú, no puedo evitar preguntarte, ¿cómo fue conocer a Kim Ki Duk? Para los que no lo conocen, es un pilar del cine asiático, probablemente el mejor director coreano de todos los tiempos.
¡Lo leí como un signo del destino! Estaba en China, en la región de Yunnan, y lo conocí por pura casualidad. Estaba en la calle, con su equipo, filmando la escena de una película. Yo alterno momentos de expansividad con otros de timidez. Estaba hablando con su actriz, a quiénes pedí un retrato: se acercó y yo fotografié él también. Pero no tuve el valor de preguntarle su nombre. Lo hizo una amiga: cuando respondió, sentí una gran emoción. Fue solo por su actitud humilde que pude decirle que amaba su producción, que la estudié en la universidad, y agradecerle las emociones que me brindó. La escena de «Primavera, verano, otoño, invierno y primavera otra vez» en la que el monje niño mata a una rana como un juego y luego comprende desesperadamente la responsabilidad de su gesto se ha quedado grabada en mi alma durante años. Literalmente se ha convertido en parte de mí e impulsa muchas de las decisiones que tomo.
9) ¿Qué consejo le darías a quienes mueven sus primeros pasos en el mundo de la fotografía y sueñan algún día poder hacer de ella una profesión?
Recomendaría estudiar técnica fotográfica, historia de la fotografía, practicar mucho. Pero, sobre todo, recomiendo explorar su proprio mundo interior. Hay un dicho que dice “No vemos el mundo como es, sino como somos”. No podemos fotografiar emociones que no hemos experimentado. Simplemente no las reconoceríamos, no entenderíamos su valor.
10) ¿Te consideras una persona feliz y realizada o te gustaría cambiar algún aspecto de tu vida? ¿Cuáles son tus planes para el futuro?
Para mí, ser feliz significa darme permiso para ser yo mismo. Entonces, sí, diría que estoy feliz. Tengo una vida que me refleja y hago todo con amor. Esto no significa que no tenga momentos de desesperación, confusión o conflicto. A veces me pierdo, luego me encuentro. A menudo escucho hablar de la felicidad como un ideal a alcanzar: tener dinero, belleza, éxito. Aquí, para mí, esto es una ilusión totalmente occidental, conduce a la ansiedad de rendimiento, al consumismo consolador, al conformismo asustado. ¡Yo no necesito eso!
En este momento, estoy acercándome de vuela a la escritura narrativa. Estoy escribiendo un libro que he guardado en mi cajón durante años. Veremos en qué se convertirá.
UN GRACIAS DE TODO CORAZÓN A ANDREA POR SU DISPONIBILIDAD Y POR HABERNOS ABIERTO LAS PUERTAS DE SU MUNDO.
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Web: Travel Storyteller – Reporter di Viaggio | Andrea Marchegiani
Instagram: Andrea Marchegiani (@andreamarchegiani.it) • Foto e video di Instagram
Facebook: Andrea Marchegiani Travel Photographer & Storyteller | Facebook
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